Estos días se ha celebrado en Madrid el Encuentro Digital Porsche Connect donde se ha hablado del futuro del automóvil y del coche conectado. La empresa alemana ha decidido poner como ejemplo a su modelo Panamera. Casi todos los fabricantes coinciden en que la conectividad es el pilar en el que se va a sostener el coche del futuro. Por ejemplo, la empresa de servicio de música en streaming Spotify ya tiene acuerdos con varias marcas para implantar su sistema en vehículos.
La conectividad está cobrando gran importancia con los años. Ya comentábamos hace unas semanas la idea de carsharing con la que quieren revolucionar el mercado los chinos de Lynk&Co. También tenemos el ejemplo de los sistemas antirrobo que viene implementando BMW y permite monitorizar el vehículo desde el móvil e, incluso, apagar el motor para evitar la sustracción del vehículo.
Hasta la empresa coreana Samsung ha decidido unirse a este sector del mercado y ha realizado la mayor compra de su historia al adquirir Harman, una empresa dedicada a la automoción, por 7.500 millones de dólares. El presidente y director de estrategia de Samsung, Young Sohn, declaró que «el vehículo del mañana» por la tecnología inteligente y la conectividad seguirá el mismo camino que los teléfonos con características simples de la última década han conseguido ser los aparatos inteligentes que tenemos hoy día.
Las dos grandes empresas tecnológicas del momento, Google y Apple, también se han metido en esta pelea por el automóvil. Cualquier usuario con un teléfono Android ya puede utilizar la versión 2.o del Android Auto para conseguir tener un coche algo más conectado. No solo aporta la ayuda de Google Maps como navegador, también controla el sistema de entretenimiento del vehículo y nos permite, entre otras cosas, controlar lo que se escucha en el coche. El sistema de Apple incluye la ayuda de Siri, el asistente verbal de la empresa de Cupertino.
Otro ejemplo de conectividad aplicada a los coches es el de Audi. La marca alemana incorpora una tecnología pionera en el mercado desde el pasado junio. Ellos la denominan «V-to-I» y hará que el coche se conecte a las distintas señales de tráfico, incluyendo semáforos. Así el conductor recibirá información útil como el tiempo que falta para que cambie la luz del semáforo o el límite de velocidad que hay en ese tramo en concreto.
Y todo ello sin hablar de los sistemas que ya están más o menos estandarizados en los vehículos de nueva fabricación como las cámaras y asistencias para aparcar, el WiFi o la aparición de cada vez más puertos USB para cargar los dispositivos o conectarlos directamente al vehículo.